Diagnóstico
Para diagnosticar la estenosis de la arteria renal, el médico puede comenzar con lo siguiente:
- Una exploración física donde el médico escucha a través de un estetoscopio sobre la región de los riñones para detectar algún sonido que indique que la arteria de los riñones está estrechada
- Una revisión de tu historia clínica
- Análisis de sangre y orina para controlar la función renal
- Análisis de sangre y orina para medir los niveles de hormonas que regulan la presión arterial
Las pruebas de diagnóstico por imágenes que se realizan para diagnosticar la estenosis de la arteria renal comprenden las siguientes:
- Ecografía Doppler. Las ondas sonoras de alta frecuencia permiten que el médico observe las arterias y los riñones, y controle sus funciones. Este procedimiento también permite que el médico encuentre las obstrucciones en los vasos sanguíneos y determine la gravedad.
- Exploración por tomografía computarizada (TC). Durante una exploración por tomografía computarizada, una máquina de rayos X conectada a una computadora crea imágenes detalladas que muestran cortes transversales de las arterias renales. Es posible que te inyecten un tinte para exponer el flujo sanguíneo.
- Angiografía por resonancia magnética. La angiografía por resonancia magnética utiliza ondas de radio y un campo magnético potente para generar imágenes tridimensionales detalladas de las arterias renales y de los riñones. Una inyección con tinte dentro de las arterias destaca los vasos sanguíneos durante el diagnóstico.
- Arteriografía renal. Este tipo especial de examen por rayos X permite que el médico encuentre la obstrucción de las arterias renales y que, a veces, abra la parte más estrecha con un balón y stent. Antes de tomar una radiografía, el médico inyecta un tinte dentro de las arterias renales mediante un tubo largo y fino (catéter) para destacar las arterias y observar el flujo sanguíneo con más claridad. A menudo, esta prueba se realiza cuando se restablece la apertura de los vasos sanguíneos con un stent.
Tratamiento
El tratamiento de la estenosis de la arteria renal puede implicar cambios en el estilo de vida, medicamentos o algún procedimiento.
Muchas veces, el mejor enfoque es la combinación de tratamientos.Según tu estado de salud general y los síntomas que tengas, es posible que solo necesites observación.
Cambios en el estilo de vida
Si tienes la presión arterial elevada en forma moderada o grave, puede que tengas que hacer ciertos cambios en tu estilo de vida, por ejemplo:
- Mantener un peso saludable o adelgazar si tienes sobrepeso
- Consumir alimentos saludables
- Limitar el consumo de sal en tu dieta
- Hacer actividad física
- Reducir el estrés
- Beber alcohol o bebidas con cafeína con moderación, o no hacerlo
- No fumar
Medicamentos
Muchas veces, la presión arterial alta (incluso cuando se relaciona con la estenosis de la arteria renal) puede tratarse exitosamente con medicamentos.
Encontrar la medicación o la combinación de medicamentos correcta puede requerir tiempo y paciencia.
Si la ateroesclerosis es la causa fundamental de la estenosis de la arteria renal, el médico puede recetarte aspirinas o medicación para reducir el colesterol.
El tipo de medicamento más adecuado para ti depende de tu situación particular.
Procedimientos
Para ciertas personas (por ejemplo, aquellas con presión arterial alta no controlada y con complicaciones, como edema pulmonar o deterioro de la función renal), puede recomendarse un procedimiento para restablecer la circulación sanguínea a través de la arteria renal y mejorar el flujo de sangre (perfusión) hacia el riñón.
Los procedimientos para tratar la estenosis de la arteria renal pueden comprender los siguientes:
- Angioplastia renal y colocación de stents. En este procedimiento, los médicos ensanchan la arteria renal que se ha estrechado y colocan un dispositivo dentro del vaso sanguíneo para mantener abiertas las paredes del vaso y permitir que la sangre circule mejor.
- Cirugía de bypass de la arteria renal. Durante un procedimiento de bypass, los médicos injertan un vaso sanguíneo sustituto en la arteria renal a fin de crear un nuevo camino para que la sangre llegue a los riñones. En ocasiones, esto implica unir la arteria renal a un vaso de otra parte del cuerpo, como el hígado o el bazo.